1.- Ordenada y limpia
Asigna un espacio para cada cosa. Guárdalas en frascos, cajones,…Y evita dejar la vajilla sucia en el fregadero. El estrés que genera tener todo patas arriba hace que engullas más alimentos de los que te convienen.
2.- Deshazte de cacharros inútiles
Todos esos utensilios para los que no encuentras sitio en la cocina…¡ te sobran! Deshazte de ellos, regalándolos o vendiéndolos. Aplica la misma dinámica con las latas y otros envases de comida que jamás tomas.
3.- Tentaciones nuca a mano
Ese bote de galletas queda precioso en la encimera, pero tenerlo a mano, dispara las posibilidades de que telas mas. Despeja tu cocina de alimentos tentadores ¿lo mejor aún?, si engorda y es innecesario, no lo compres. Recuerda que una buena alimentación empieza en el mercado o súper mercado.
4.- Fruta a la vista
Ten a la vista el frutero con fruta apetecible. Según un último estudio realizado al respecto, la presencia de la fruta en un lugar visible de la cocina se relaciona con un mejor índice de masa corporal.
5.- Organiza tu nevera
Coloca los alimentos ligeros en la parte delantera para que sea lo primero que ven tus ojos al abrirla. Guarda los alimentos calóricos en envases opacos que no dejen ver su contenido.
6.- Planifica tus menús
Y cuelga tu organigrama en un lugar visible de la cocina, lo habitual es en la puerta de la nevera, o en un plafón de notas, así no tendrás excusa para ceder a la improvisación y la tendrás presente.