Cómo vencer la ansiedad por comer

Comer es un placer pero no debemos usar la ¨mala¨ comida para llenar vacíos emocionales.

Te interesa llenar tu cocina de alimentos con características concretas para que esos momentos no te pasen factura. Cuando es apetito verdadero, aparece gradualmente, ya que es una señal de tu cuerpo pidiéndote nutrientes con los que cubrir sus necesidades. Se nota una sensación de estómago vacío que te permite esperar y podrías llenar con alimentos de cualquier sabor.

Cuando es hambre emocional, en cambio, es totalmente repentina y parece una necesidad imperiosa (aunque no pasaría nada si no comiéramos), y nada parece saciarte a pesar de haber ingerido una buena cantidad de alimentos, normalmente algo dulce.

Sustitutos saludables, que pueden ayudar a calmar con gran sabor, serían:

Dátiles: tienen un potente sabor dulce que llena toda la boca. Toma solo uno, si es grande, si son pequeños, pues dos. Es cierto que contienen azúcar, pero también mucha fibra, vitaminas y minerales. No es considerado un alimento ¨vacío¨.

Higos: protagonizan una versión otoñal muy interesante hasta el invierno, puedes mezclarlo con un poco de jamón y el contraste entre lo dulce y lo salado sorprende a la mente y rebaja mucho la ansiedad.

Semillas o pipas de calabaza: tostadas un poco en la sartén con pimentón (puedes añadir cualquier otra especia a tu gusto), es el mejor sustituto de los frutos secos fritos.

Compota: te propongo una combinación de manzana con queso fresco, otro contraste de sabores. En un bol, junta una cucharada de compota de manzana sin azúcar y una tarifa de queso fresco ¡¡ESPECTACULAR!!!

Contra la ansiedad son buenos los alimentos duros, así como la masticación ya que es imprescindible para la correcta digestión. Lo que más te puede ayudar son las hortalizas y verduras crudas, como las zanahorias, ya sé, que es todo un clásico, pero es así de real y cierto. También los encurtidos o banderillas, o el coco fresco.

Evita el azúcar y su trampas, tu cuerpo absorbe tan rápido el azúcar que hay una gran subida de glucosa en sangre, eso sobrexcita al cerebro, que pasa a producir la denominada hormona de la felicidad, parece algo positivo, pero es  una trampa porque después de dos horas se desploma, volviendo a generar un gran apetito, y además crea adicción, tu mente te lo pedirá porque es una respuesta rápida e inmediata.

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